No suelo hablar con frecuencia de las cosas que hacemos… sé que “alardear” y hablar de uno mismo no es adecuado, de hecho, no es nuestro estilo de relacionarnos con ustedes. Buscamos, por el contrario, generar contenido que aporte: hablar de temas relevantes que nos importan a todos.
Y créeme, este tema lo es, porque al compartirte esta experiencia que nos generó mucho orgullo estoy hablando de un tema relevante: todos necesitamos casos de éxito para seguir creyendo que en Colombia sí se puede hacer electrónica de alto nivel.
Y porque sé que, así como esto que quiero compartir, hay muchos colegas que lo viven con frecuencia, logros inmensos en el exterior. Quizás deberíamos contarlos más, para recargarnos todos con los buenos resultados y los avances logrados.
Hablemos del Hardware en Colombia
Confieso que no había estado antes en la entrega final de un desarrollo completo hecho por nosotros.
Suelo estar en lo general, en la planeación, en los procesos, pero por múltiples razones esta vez tuve que estar ahí: en el momento en que entregamos el prototipo funcional y vi al cliente abrir los ojos y sonreír.
Y lo que viví fue tan fuerte que tengo que compartirlo.
Esta historia comenzó hace poco menos de un año, con la llegada de un empresario con una idea de producto.
Una buena idea, sí. Pero en Bixtia sabemos que no todas las ideas tienen el mismo potencial.
Por eso, antes de avanzar, hicimos lo que siempre recomendamos: validar el potencial real del proyecto. Algunos factores analizados que son claves para el desarrollo electrónico con miras al mercado fueron:
- Revisar la pertinencia en el mercado, además de precio objetivo y tamaño de la demanda, experiencia esperada del usuario.
- Estructura financiera: que los costos sean sostenibles en el tiempo y que la fuente de financiación esté asegurada.
- Factibilidad técnica y económica: análisis del costo de los componentes frente al precio objetivo
- Expectativas en cuanto a carcasa, en cuanto a materiales, forma, requerimientos frente a la electrónica.
Nuestro proceso combina varias metodologías
La verdadera “magia” es ver materializado aquello que comenzó siendo solo una idea. Luego de tanto trabajo, de verdad es una experiencia alucinante. Porque luego de un riguroso proceso, probado, metódico, da mucha alegría que ese empresario haya sentido que de verdad nos tomamos en serio su idea.
Ese proceso, basado en la escala de madurez tecnológica (TRL) —que nos guía desde la validación conceptual hasta la fase de manufactura— y complementado con la metodología ágil Scrum, nos permite monitorear el avance y cumplimiento de objetivos en cada sprint de desarrollo, adicionalmente las mejores prácticas incorporadas para que sean diseños pensados para la manufactura, para el testing, para las futuras certificaciones requeridas.
Y en este caso, un árduo trabajo en equipo con otras disciplinas para diseñar y acoplar perfectamente las piezas plásticas, los arneses, todo pensando para un futuro Box build eficiente. Incluso apoyamos y articulamos el desarrollo de las sustancias químicas que funcionan como consumible del dispositivo. Quien va hasta ese nivel de compromiso? La verdad, no lo había visto antes.
Esta integración nos permite mantener un equilibrio entre la estructura técnica y la flexibilidad.
Cada iteración es una oportunidad para medir resultados, ajustar el rumbo y validar el comportamiento real del dispositivo.
Así, no solo construimos prototipos: construimos conocimiento, trazabilidad y control.
El resultado de este proceso es un dispositivo completamente funcional, probado en su fase de mínimo producto viable (MVP) y que actualmente avanza hacia las pruebas de campo.
Estas pruebas nos permitirán validar desempeño, robustez y comportamiento en condiciones reales de uso, antes de escalar a una producción a gran escala.
No todos los proyectos tienen el mismo potencial de mercado, pero ese es el horizonte que orienta cada desarrollo en Bixtia: crear dispositivos con la solidez técnica y la visión comercial necesarias para llegar lejos. Ver uno de ellos hacerlo realidad confirma que el esfuerzo vale la pena.
Qué bueno que empresarios colombianos sigan creyendo en el enorme potencial que tenemos como país para el desarrollo y la manufactura de dispositivos que agregan valor, resuelven problemas reales y logran ser exitosos.
