En la manufactura electrónica, la distancia importa.
No solo en tiempos de entrega, sino en la capacidad de comunicar, ajustar y resolver problemas técnicos en tiempo real.
Y es precisamente ahí donde los fabricantes latinoamericanos —y en especial Colombia— tenemos hoy una oportunidad real frente al mercado norteamericano.
Un contexto que cambió el tablero
La aplicación de aranceles adicionales a productos electrónicos provenientes de China por parte de Estados Unidos ha reconfigurado la cadena global de suministro. Mientras tanto, Colombia mantiene un arancel del 0 % para exportar a Estados.
Ventajas que van más allá del costo
Fabricar desde Colombia hoy significa combinar calidad técnica, cercanía y velocidad de respuesta.
Algunos factores que lo hacen posible:
- Ubicación estratégica: estamos a solo 3 días en transporte aéreo de Estados Unidos.
- Mismo huso horario y dominio del inglés: comunicación en tiempo real
- Calidad comprobada: procesos bajo estándares IPC para diseño, manufactura y ensamble.
- Flexibilidad productiva: capacidad para pequeños y medianos lotes, ideal para pruebas piloto o validaciones previas a la producción masiva, pero también para el envío de lotes parciales en medio de producción de gran volumen.
- Soporte técnico inmediato: asistencia directa de ingenieros para resolver fallas o ajustes de firmware, hardware o ensamble.
- Trazabilidad y control: validación continua antes, durante y después de cada despacho.
Un ejemplo que lo demuestra
Hace poco, un cliente en Estados Unidos enfrentó una falla funcional en campo.
Gracias a la proximidad técnica y geográfica, fue posible revisar, diagnosticar y corregir el problema en cuestión de días.
No se trató solo de enviar un reemplazo: se trató de comprender el contexto, ajustar el diseño y prevenir futuras fallas.
Ese nivel de acompañamiento es difícil de lograr cuando la planta está al otro lado del mundo.
Y vale aclararlo: los imprevistos técnicos ocurren en cualquier país. La diferencia esta en qué tan rápido y con qué cercanía se pueden diagnosticar y resolver.
Una oportunidad compartida
La internacionalización no es solo una oportunidad para las empresas norteamericanas que buscan proveedores más cercanos. Es claramente LA oportunidad para nosotros, los que estamos en esta industria de la electrónica.
Pero esto no es automático: para competir afuera, primero hay que fortalecerse adentro.
La internacionalización exige ajustar procesos, estándares y cultura técnica.
No se trata de aplicar los mismos métodos que funcionaron en el mercado nacional, sino de repensar procesos, estándares y cultura empresarial para responder a nuevas exigencias. Algunos de los pasos que hemos implementado en esta carrera maratónica de ponernos al día te los comparto:
- Estandarizar procesos bajo normas internacionales (IPC, ISO 9001, WHMA).
- Certificar materiales y proveedores críticos
- Optimizar documentación técnica y comercial bilingüe.
- Fortalecer la comunicación y cultura técnica en inglés.
- Revisar la competitividad logística y financiera con aliados especializados.
- Ajustar las prácticas de servicio posventa y soporte técnico para atención remota y rápida.
- Construir relaciones con representantes o distribuidores locales que conozcan el mercado destino.
- Cuidar la presentación del producto y su empaque técnico según regulaciones internacionales.
- Asegurar escalabilidad productiva para responder a volúmenes crecientes.
- Fomentar una mentalidad global en todo el equipo, desde la ingeniería hasta la atención al cliente.
Por otro lado, también los compradores tienen un reto y es que Desarrollar un proveedor serio no se hace en un pedido. Implica transferencia de conocimiento, validación técnica, documentación clara, tolerancia al ajuste y construcción de confianza.
Es una apuesta conjunta, y por eso la relación cercana marca la diferencia.
Por eso, las empresas que empiezan a construir alianzas hoy van a estar listas cuando el mercado vuelva a moverse —porque se va a mover.
La reciente reunión entre Donald Trump y Xi Jinping dejó ver una intención de suavizar tensiones comerciales. Sin embargo, estos acercamientos son políticos y temporales. Es una señal de des escalamiento, pero no necesariamente de estabilidad definitiva.
En un mundo donde las relaciones comerciales pueden cambiar en semanas —no en décadas—, depender de un solo país o un solo proveedor deja de ser una decisión técnica y se convierte en un riesgo estratégico.
Por eso, más que quedarse en los titulares, vale la pena verificar directamente la fuente oficial:
Harmonized Tariff Schedule (HTS): https://hts.usitc.gov/search?query=8542
Ahí es donde realmente se define la competitividad.
